lunes, 30 de septiembre de 2024

Iglesia en Ramon J. Carcano

Ramón J. Cárcano. Cientos de cotorras luminosamente verdes ofrecen la bienvenida en la calle ancha de tierra que une al pueblo con la ruta 9. Coquetean con los árboles y el silencio, y ensayan un vuelo corto de absoluta libertad. Alrededor, se respira una extraña soledad.
 Ramón J. Cárcano es un pueblo de 40 habitantes (otros 20 en la zona rural), según lo estableció el censo de noviembre. Tiene un par de casas habitadas, otras abandonadas, el almacén de ramos generales cerrado para siempre y, curiosamente, la puerta de entrada a la histórica iglesia, clausurada con un candado.
 Allí adentro descansan en tumbas los restos del ex gobernador de Córdoba Ramón J. Cárcano, su hijo Miguel Angel y otros miembros de la tradicional familia cordobesa.
Desde las vías del tren o desde la mismísima estancia de los Cárcano, retumban las voces de los chicos de la escuela fiscal, que contiene a 21 alumnos de la zona rural.

La famosa estancia está vacía de gente pero sigue llena de historias y anécdotas. Con 4.500 hectáreas, apenas tiene a dos empleados para el mantenimiento. Está a cargo de Estela Cárcano, de 85 años, nieta de don Ramón y dueña de tres mil hectáreas, y de la viuda de otro de los nietos del ex gobernador, propietaria de las otras 1.500 hectáreas. Pero ya casi no llegan al lugar, como sí lo hacían antes.

El tambo de 800 hectáreas brinda 15 mil litros de leche por día de producción. Es el sostén de los habitantes del pueblo. “Si los dueños deciden irse, Cárcano desaparece para siempre”, dice un viejo habitante.
 Casi como un museo al aire libre, en las pocas esquinas del pueblo y con vidrios y puertas rotas, están abandonados el edificio del salón de fiestas, la casilla del ferrocarril, la oficina de correo, el pequeño destacamento policial y el local de la antigua Unión Telefónica. “Todo eso tenía el pueblo hace más de 20 años y no le ha quedado nada”, dice Norberto Raúl Gambino (52), quien durante años fue dueño del almacén.
 Una explicación

Acaso este desolado presente de Cárcano tenga una explicación, según cuentan los vecinos. “Hace muchos años, don Miguel Angel (por Cárcano) recibió muchísimas ofertas de dueños de estancias que querían comprar sitios para levantar casas y trabajar, pero él siempre se negó a vender. Entonces adquirían las tierras en la zona de Villa María. De esta forma, nos fuimos quedando solos”.
“De a poco fuimos viendo cómo todos se iban del pueblo”, dice Gambino. Por ejemplo, quien tenía la posibilidad de hacerse su propia casa preferían hacerlo en Villa María, como en mi caso y como en muchos otros”.
 “Tal vez hoy, por la paz y la tranquilidad que brinda el lugar, pensaríamos en tener otra vez nuestras casas en Cárcano, y no en la ciudad”, reflexiona.

Es difícil que gente foránea tenga acceso a la estancia de los Cárcano. En la casa del campo, dicen, se custodian celosamente encuadernados los manuscritos del ex gobernador y retumban los ecos de cientos de historias y anécdotas.
 Recuerdan los viejos habitantes del pueblo cuando periodistas y fotógrafos de las revistas de Buenos Aires hicieron guardia varios días, ante la esperada visita de Jackeline Kennedy. Pero finalmente ella fue a la propiedad de los Cárcano en Ascochinga.

Otra historia cuenta que Ramón J. Cárcano se refugió varios días en las barrancas del río apenas dejó la gobernación de la provincia.
Todo es nada más que recuerdo y nostalgia. Ramón J. Cárcano tiene un soberbio paisaje de árboles sobre las vías del tren y el silencio tiene un extraño sonido. La calle ancha no es otra cosa que el ingreso a la soledad.
 Ni ómnibus

Ramón J. Cárcano está ubicado en el kilómetro 543 de la ruta 9, a 13 kilómetros de Villa María y a la misma distancia de Ballesteros. Sobre la misma ruta 9, una casilla abandonada es la única referente que indica que allí hay un pueblo.
 Esa casilla ya casi no recibe la visita de ómnibus. La luz eléctrica viene de Ballesteros.

El abastecimiento de los habitantes de Cárcano tiene como referencia excluyente a Villa María. Periódicamente viajan a la ciudad para hacer sus compras, retornan y repiten la rutina cuando es necesario.

Fuente y agradecimiento: La Voz Online / 19May02.

3 comentarios:

  1. En ese pueblo nací. Hice el primer y 2do. grado en la Escuela del pueblo. Nos trasladamos a la estancia "La Orfilia',entre La Playosa y Alto Alegre.La Orfilia cuyo dueño estaba casado con una hermana del Cardenal Copello. Luego en Äna Zumarán"(Esposa de Cárcano) y como no Había más de 3er. grado primario, ayudaba a la maestra con los chicos de 1ro. inferior y 2do.Conocí al Dr. R.J.Cárcano

    ResponderEliminar
  2. naci en ese pueblo el 31-12-43, mi mamá ere portera de la escuelita y encargada , vivian en la casa de la escuela, mi viejo trabaja en una fabrica de queso, alli naci, despues nos fuimos a ballestero y luego a Villa maria , hasta mis 12 años, luego nos vinimos a Bs.As. donde vivo,paso de ves en cuando a cargar las pilas y sigo,me gusta mucho la iglesia.-

    ResponderEliminar
  3. Tambien me gusta mucho ese estilo!!
    Gracias por el comentario, Carlos.
    Saludos!!!

    ResponderEliminar